A TÍ, CASITA DE CAMPO
Tú, que eras tan bonita,
la reina del Tesorillo,
eras un sol de primavera
teniendo un inmenso brillo.
Con aquel jardín de flores,
que vaya cosa bonita,
de geranios y claveles,
de rosas y margaritas.
Con ese inmenso nogal
mirando para todas partes,
lo mismo que un centinela
como si quisiera hablarte.
Tú tienes que ser del pueblo,
del pueblo y para todos,
que no hay derecho ninguno
que a ti te tenga uno solo.
Y te tendríamos bonita,
lo mismo que tú eras antes,
para no verte viejecita
temblando y agonizante.
María Gavira Floria / Agosto de 2002
la reina del Tesorillo,
eras un sol de primavera
teniendo un inmenso brillo.
Con aquel jardín de flores,
que vaya cosa bonita,
de geranios y claveles,
de rosas y margaritas.
Con ese inmenso nogal
mirando para todas partes,
lo mismo que un centinela
como si quisiera hablarte.
Tú tienes que ser del pueblo,
del pueblo y para todos,
que no hay derecho ninguno
que a ti te tenga uno solo.
Y te tendríamos bonita,
lo mismo que tú eras antes,
para no verte viejecita
temblando y agonizante.
María Gavira Floria / Agosto de 2002
No hay comentarios:
Publicar un comentario