domingo, 13 de noviembre de 2016

SECCIÓN FEMENINA EN TESORILLO

La Sección Femenina fue organizada oficialmente el 12 de julio de 1934 como rama femenina del partido Falange Española de las JONS. La Falange había sido fundada un año antes por José Antonio Primo de Rivera, que situó a su hermana Pilar al frente de la Sección Femenina. Durante la Segunda República española, las militantes de la Sección Femenina realizaron tareas de apoyo a la militancia masculina del partido, especialmente visitas a los presos del partido y a sus familias, así como tareas de enlace entre los presos y la calle (mensajes, consignas, etc.). La organización tenía unas 2.500 militantes hacia julio de 1936.
(Foto: ANA MARTÍN TOVAR)

EN LA CALLE REAL

La Sección Femenina de Falange Española Tradicionalista y de las Juventudes Obreras Nacional Sindicalistas (F.E.T. y de las J.O.N.S.), para llevar a cabo la misión encomendada de formar a las mujeres durante el franquismo, creó, entre otras variadas instituciones, las llamadas Cátedras Ambulantes. Una especie de escuelas itinerantes que desarrollaban un plan formativo y asistencial por pueblos y aldeas teniendo, a la postre, como destinatarios todos los ciudadanos de los enclaves visitados. El Plan de enseñanza incluía –entre otras- materias adoctrinadoras, formación para el hogar y la salud, alfabetización y educación física. Y el plan asistencial abarcaba ámbitos como el sanitario, laboral y social. En España se instituyeron más de ochenta Cátedras Ambulantes distribuidas por todas las provincias, con un período de actuación entre 1955 y 1977. La labor de este tipo de instituciones puede situarse dentro del amplio perímetro conceptual de la Educación Social y, por tanto, de su historia. Las singulares escuelas itinerantes de la Sección Femenina participan de algunos de los ya clásicos significados que se le han atribuido a la Pedagogía Social y a su objeto de estudio, la educación social.


Las Cátedras Ambulantes creadas por la Sección Femenina durante el franquismo fueron un tipo de institución que, por sus características y labor, puede catalogarse como de educación social, dado que comparten algunas de las tradicionales acepciones de ésta. Fueron unas escuelas itinerantes con actuación temporal que operaron al margen del sistema escolar y del ámbito familiar, situándose dentro de la tipología de educación no formal. Tuvieron como objetivo primordial la elevación del nivel social, económico, cultural y “espiritual” (regeneración social) de la ciudadanía de enclaves geográficos -pueblos y aldeas de menos de 5000 habitantes- deprimidos y con variadas carencias.

Su programa formativo, con atención diferenciada según los colectivos de madres, mozas, juventudes (niños y niñas) y hombres, contenía bloques de materias como el Adoctrinador (coincidente con la educación política y nacional de estados totalitarios como acepción de educación social), el de Formación ocupacional o profesional, como el de Educación para la Salud, el de Formación para el Hogar, el de Alfabetización y Formación Cultural y como el de Expresión Musical y Corporal: Música, Danza y Educación Física.

Y su función o programa asistencial, participando así de la beneficencia que contiene tradicional y conceptualmente la educación social, era polifacético, con diferentes frentes: asistencia sanitaria (ayuda sanitaria, tratamientos, vacunaciones, enseres higiénicos), asistencia socio-laboral (tramitación de subsidios, de problemas agro-sociales), asistencia moral-religiosa (bautizos, comuniones, legalización de matrimonios) y asistencia educativa (escolarización, becas).

Dadas las evidentes intersecciones entre las propiedades de las singulares escuelas viajeras de la Sección Femenina y el perímetro conceptual de la educación social, podemos considerar que las Cátedras Ambulantes forman para de la historia de la educación social en España.


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